domingo, 13 de noviembre de 2011

La amistad o el Besugo y la Morcilla patatera.

 
Estaba el otro día feliz con mis pensamientos, y yo pienso que ellos conmigo, porque esto funciona así. Es una cuestión de lo que nos ha tocado: Yo a ellos, y ,ellos a mí. Cuando me llama una amiga por teléfono y me dice que entre en la web “Aguantadores de pelmas” porque acababan de colgar una historia muy interesante sobre los “amig@s virtuales” y sus correos electrónicos. Sí estas personas con las que solamente tenemos una relación de tipo virtual y algún@s la llaman amistad.

La historia es la siguiente:

“Ocho de la mañana, una oficina cualquiera de una empresa cualquiera en un lugar cualquiera contado en primera persona:

Estaba cerrando un informe, atendiendo al teléfono, con cinco personas a la puerta de mi despacho  esperando a que las atendiera, cuando observo en la  pantalla de mi ordenador, un correo electrónico banderilla roja ondeando con estilo virtual –o lo que es lo mismo con carácter de correo “importantísimo”, de un “friki” como dice una amiga mía, que ya llevaba yo tiempo intentando quitarme de encima. Pero que debido a, o gracias  a, esta educación tan peculiar que me ha tocado, me resultaba imposible mandarlo “a la mierda”  o “a tomar por el culo”–…..que a gusto me he “quedao” sólo de escribirlo….

Era un correo lleno de reproches, petición de explicaciones, recriminaciones, exclamaciones, pausas, interrogaciones, porque no había contestado en los últimos treinta minutos a ninguna de sus chorradas varias y tampoco le había dado los buenos días virtuales. El correo además, tenía cara de besugo. Sí, sí, como están ustedes leyendo, porque los correos electrónicos tienen la cara de quien los envía. Bueno de hecho, olía mal.

Al rato –muy breve, por cierto-, no habiéndome yo recuperado todavía de semejante desvarío electrónico, visualizo de reojo en la pantalla del ordenador, otra banderilla roja; contoneándose de aquí para allá. Yo pensando, ¡no puede ser dos seguidas y con el mismo ritmo!. Intrigada, cliqueo y….. ¡AY MADRE!, del besugo habíamos pasado a la morcilla patatera, que asentía a todo lo que el besugo exponía en su correo, pero con esa pastosidad previsible y repetitiva que le suponemos a todas las morcillas patateras. Y…..espesa….muy espesa…

Pero hete aquí, que algo que yo consideraba impensable en la gastronomía verbal-culinaria, del e-mail se hizo carne…..bueno más bien guinda. La misma guinda para ambos: besugo y morcilla patatera. Y decía lo siguiente:

“Pero que sepas que te queremos mucho, que nos tienes aquí para hablar cuando quieras y que si te decimos esto es porque nos importas y porque somos tus amigos. Pero como tú comprenderás no puedes estar treinta minutos sin contestar a nuestros correos y no darnos los buenos días a primera hora”.

Toma ya! …..toma ya!!.

Mis amigos….me quieren….les importo….”.


Y esta era la historia. 

Me hizo reflexionar.

Y yo añado lo siguiente:

Pues no. No le quieren. No les importa. No son sus amigos.

Los amigos son respetuosos, esperan en los silencios y acompañan cuando toca. No exigen, ni pasan lista.

Los amigos no dicen que son, son.

Los amigos no escriben que están, están.

Para los amigos el tiempo no resta, suma.

Los amigos no piden explicaciones, no exigen, no recriminan.

Al amig@ no es necesario ponerle límites o establecer fronteras, porque el respeto acompasa los tiempos.

Los amigos, sonríen, protegen, invitan a disfrutar, a vivir; empujan el ánimo con su actitud cuando es necesario. Si tienen que celebrar, celebran; si tienen que reír, ríen y si tienen que llorar, lloran. Son gestos, son actitudes. Acompañan, siempre.

Ahora están muy de moda las redes sociales, parte de nuestra vida la vivimos en formato digital, las relaciones personales, profesionales, tienen una gran parte en soporte electrónico o virtual. Pero como diría Platón, la esencia es el origen de todo, la referencia.

Y la esencia de la amistad sigue siendo la misma. La amistad tarda en forjarse, es como todo lo bueno y de calidad, ha de mejorar con el paso del tiempo. Se fortalece con las celebraciones, con las adversidades…..Se basa en el mimo y el cariño. En el respeto.

Un amig@ no lleva adjetivos. L@s amigos virtuales, l@s amigos del face, del twitter, de los correos laborales. No son la esencia de la amistad, pueden serlo si confluyen más cosas, pero no mientras lleven solamente alguno de esos adjetivos.

Dicen que quien tiene un amigo tiene un tesoro. Y es cierto, porque el valor de la amistad, por paradójico que parezca, aumenta cuando estamos rodeados de besugos y de morcillas patateras.

 No me atrevo a comparar la amistad con nada porque es uno de los mayores regalos que nos podemos hacer unos seres humanos a otros. 

Y mis condolencias al Besugo y a la morcilla patatera, porque juntos no hacen  ni un buen “guiso”.