viernes, 10 de junio de 2011

El Nordeste y mi Gijón del Alma.

Ahí viene mi nordeste, no en plan susurro ni romántico no!, viene a lo bestia marcando territorio; lanzando a diestra y a siniestra, las banderas, los arboles, la ropa. Resumiendo, todo material endeble que se encuentra a su paso.

En mi posición privilegiada, entresuelo frente a la Playa de San Lorenzo , escalera 4, más conocida como ESCALERONA del muro San Lorenzo, visualizo escenas inenarrables en tiempo de calma, de calma chicha quiero decir, o sea, cuando la atmosfera está inmutable y el mar totalmente relajado.
La Escalerona de la Playa San Lorenzo

A lo que iba…

ESCENA 1: mujer de unos 70 años divina de la muerte (vamos a llamarla Maruja) con su traje de chaqueta y falda , del brazo de una mujer más joven que ella, vienen hablando con alegría, pero con esfuerzo, con el esfuerzo de empujar a este Nordeste de Gijón, que en un pulso incontrolado se bate a viento partido a ver quién es más fuerte. En pleno forcejeo de las señoras con mi Nordeste, el pelo de Maruja se marcha de su cuerpo y empieza a “hacer la ola”. Cielo–arriba, cielo–abajo. De repente aparece ese Héroe de la quinta (por la edad, de la quinta de Maruja) de Maruja (vamos a llamarlo Paco). Indescriptible, con pantalones de tergal y calzoncillo tobillero, cinturón marrón enroscado con ganas sobre la hebilla, y ahí va!, cual alevín, saltando, corriendo, volviendo a saltar, lanzando los brazos al viento como el protagonista de Grease o como Pastor invocando el “Aleluya”…..y oye!, nada que hacer. La peluca de Maruja ha tomado vida propia y ya se cree gaviota. Pero como mi Nordeste, es muchas veces un poco puñetero, en un sube y baja de la peluca, le cae encima de la calva a Paco el Héroe desconocido. OHHH!!!! Impresionante visión….Paco la recoge suavemente y se la entrega a Maruja, que tenía los pocos pelos propios que le quedaban, totalmente de punta y sonrojados…Maruja se la coloca con rapidez y nerviosismo. Y bueno ahí va ella con un peinado entre moderno y heterodoxo….pero bueno!!! Para correcciones esta Maruja.



ESCENA 2: Tres de la tarde en el Muro San Lorenzo. Calma y tranquilidad….Pero con movimientos pausados y breves la bandera de Gijón de la Escalerona, empieza su contoneo….uy,uy,uy!!! Eso quiere decir que el Nordeste se acerca sigilosamente…..bueno, todo lo de sigiloso que puede tener el Nordeste. Una señora de unos 60 años (vamos a llamarla Pepa) con una falda de volantes hasta el tobillo, muy contenta con su capazo al hombro, avanza por El muro –paseo de la playa de San Lorenzo- con ritmo saludable……y melena de peluquería. De repente, ZAS!!! , una ráfaga por  la derecha, una ráfaga por la izquierda, otra que sube, otra que baja. Total, la falda se vuelve sombrilla a la altura de los hombros, y ahí se ve una faja sobaquera color carne…o visón…El capazo ya no es capazo es mochila, y la melena, un Gremli con vida propia, que se enreda con la falda de volantes. De repente, y cuando la escena ya no puede ser más surrealista, en un "toma y daca" con mi Nordeste, él y Pepa- intentando restablecer el orden en su “look”-, se ponen a bailar!! . A ritmo de rumba: pasito adelante, pasito atrás, giro de 360 grados y otra vez, ea!! Ritmo!!!....un no parar. Y ahí siguen.



ESCENA 3: Por fin, después de dos semanas de nublados, se ve el sol en Gijón, y todo hay que decirlo, gracias a mi Nordeste!!, que con ese soplar que tiene no ha dejado ni una nube en el horizonte. La playa a rebosar, hasta la bandera. Aquí en mi Escalerona, de forma literal, porque los gijoneses tomamos el sol hasta encima del asfalto cuando sube la marea…. Pero hoy la marea está baja y la arena seca…y esto es un problemón, cuando nos visita el Nordeste… Ana una chica joven aprovechando el día tan estupendo.Ha cogido sus bártulos playeros y se dispone, junto con un libro y unos cascos, a relajarse con el sonido de las olas y el gustirrinín que da la toalla encima de la arena seca. Primero se embadurna de la crema reglamentaria –toda prevención es poca- y a continuación empieza la “operación vuelta y vuelta”. O sea, media hora cuerpo“pa arriba”, media hora cuerpo “pa abajo”, en éstas estaba, cuando lo que empezó como una caricia “prestosa” (o sea, que da gusto) del viento, acabó siendo la jaula de los leones, por los latigazos que da la arena cuando mi Nordeste se pone chulín. Total que en diez minutos, Ana, no era un ser humano, era una croqueta con sabor a coco (la marca de la crema para el sol), su libro se había quedado como un manuscrito egipcio y los cascos estaban totalmente “tuneados”. Conclusión, cuando tire el Nordeste en la playa de Gijón, mejor zona húmeda que zona seca…..a no ser que necesites un peeling integral.



Pues este es mi Gijón del Alma que no sería lo mismo sin mi Nordeste, ese que a las ocho de la mañana me da un meneo bien dado para que empiece mi jornada laboral espabiladita y despejada; ese que cuando estoy monísima de peluquería me vuelve Gremli; ese que no susurra, abronca; ese que no acaricia, empuja; pero también, ese que me trae el olor a Cantábrico y la humedad tan buena para el cutis.



Mi Nordeste y Gijón, es más que un viento y una ciudad. Es un sentimiento y una necesidad. Mi sentimiento y mi necesidad.



Mi Gijón del Alma.

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